Libro segundo
Paladión

We are not impotent, we pale stones,

Not all of our power is gone… *

E. A. Poe

*Nosotras, pálidas piedras, no somos impotentes,

No ha desaparecido todo nuestro poder…

A Christine

El Paladión, la imagen más sagrada de la diosa Atenea, descendió de los cielos y el rey Laomedonte lo colocó sobre la roca de Troya. De allí lo retiró Ulises para regalárselo a Circe, la maga. Más tarde, Telégono, hijo del héroe y de Circe, se lo dejó a Latino, que le construyó un templo en la ciudad de Lavinium. Otros, en cambio, afirman que Eneas se lo arrebató a los griegos y, al huir de Troya, lo llevó consigo a Italia. La imagen tiene el poder de cerrar los ojos y de agitar la lanza y por eso se la reconoce, ya que muchas ciudades se jactan de poseer el verdadero simulacro.

SERVIUS